No voy a tratar de valorar si el supuesto accidente ocurrido a Su Majestad el Rey de España es un montaje o no. Tampoco me preguntaré si las once palabras para la historia pronunciadas daquela maneira por D. Juan Carlos con mirada compungida, tono de voz bajo y con muletas en las manos (andando tal y como se puede apreciar en los cuatro últimos segundos de este vídeo no censurado), iban dirigidas a la nación española, a su esposa la Reina o al elefante indultado cuya foto nadie ha visto (la foto de la cacería de elefantes que circula por la red es de 2006). Y, por supuesto, mucho menos me plantearé si la real gana de matar constituye o no parte esencial de la identidad de un determinado tipo de realeza. Como investigador del símbolo y la imagen en traducción tan sólo me interesa destacar aquí las distintas representaciones que del imaginario elefantino se han estado llevando a cabo en los medios de comunicación españoles para-traducir no sólo el malestar del pueblo español con su monarquía, sino también, y sobre todo, una voluntad, cada día más firme, de reemplazar nuestra actual monarquía constitucional por una República.