Pantallas y (r)evolución digital: la imagen ya no es lo que era

Pantallas y (r)evolución digital: la imagen ya no es lo que era

Del 20 al 21 de septiembre de 2019 se celebró en el Auditorio Mar de Vigo el III Foro de Educación organizado por Faro de Vigo en el que tuvimos la responsabilidad de enfrentarnos al reto de tener que dejar lo más alto posible el pabellón de la Universidade de Vigo. Y lo conseguimos con una conferencia-taller que titulamos Pantallas y (r)evolución digital: la imagen ya no es lo que era.

La (r)evolución digital se fundamenta en el uso de pantallas. Sin pantallas no sólo no hay digitalización posible sino que, hoy en día, todo un gran abanico de profesiones sería imposible, entre ellas, la de traductor e intérprete. Si las pantallas han transformado completamente nuestro acceso al saber y, por consiguiente, nuestra manera de transmitirlo, también son el origen del profundo cambio producido en nuestras propias relaciones interpersonales. Quienes, formados como filólogos en la era analógica, hemos ido familiarizándonos con lo omnipresencia de la pantalla, comprobamos, como docentes y profesionales de la traducción en la era digital, que la pantalla no sólo ha cambiado cómo organizar los procesos de aprendizaje en nuestras clases, sino también todas y cada una de las estrategias de realización de un encargo de traducción en nuestra profesión y, por supuesto, todas y cada una de nuestras relaciones con la imagen, tanto profesionales como personales.

Cada vez que sale el tema de las pantallas tanto en mis cursos y seminarios de doctorado del Programa Doctoral Internacional en Traducción & Paratraducción (T&P) como en las unidades didácticas sobre el símbolo y la imagen en traducción que imparto en las materias de Traducción publicitaria dentro del Máster en Traducción para la Comunicación Internacional (MTCI) y de El paratexto en los videojuegos en el marco del Título Propio de Especialista en Traducción para la Industria del Videojuego (ETIV) de la Universidade de Vigo, siempre surgen dos campos en el debate.

Por un lado, los que están en contra de las pantallas, los tecnófobos, te dicen que su uso abusivo en la escuela, el instituto y la Universidad es el origen de la caída brutal de la lectura y de la calidad de redacción en la propia lengua materna (lo que los traductores llamamos lengua A frente a la lengua B donde el paisaje es todavía más desolador) cuando no mencionan que las pantallas son las culpables del aislamiento social, de los trastornos de personalidad, de la usurpación de identidad… y de un larguísimo etcétera que llega a equiparar el término de «ciberespacio» con una fría inmensidad digital en la que el usuario de las pantallas permanece expuesto, sin defensa alguna, a terribles peligros.

Por otro lado, los que están a favor de las pantallas, los tecnólatras, te dicen que la cultura digital es la panacea universal y que habría que instalar ordenadores en todas las escuelas infantiles, ofrecer a cada niño de primaria una tablet y aprender cuanto antes el lenguaje de programación. No puede haber innovación en educación sin pantallas, te llegarán a decir. Aunque te ocultarán que la mayoría de esos nativos digitales de infantil, primaria y secundaria que han vivido rodeados de pantallas sin haber consultado casi nunca un buen libro, se limitarán, en su mayoría, a copiar, cortar y pegar en la Universidad lo que otros han creado y ellos han encontrado en la red sin ni siquiera citarlo en su TFG, TFM o hasta en su Tesis doctoral porque tampoco han aprendido a citar sus fuentes por muy electrónicas que sean. ¡Cuánto dinero público se ha malgastado en este país por querer llenar aulas de pizarras digitales que, la mayoría de las veces, permanecen tan apagadas como las mentes a quienes iban destinadas!

Es cierto que las pantallas son utilizadas, cada vez más, para alimentar la mente de los/as niños/as como siempre lo fueron (y, afortunadamente, lo siguen siendo) los libros. Pero, de la misma forma que el estómago de un bebé no puede digerirlo todo como un adulto, el cerebro de un niño tampoco puede. Y así como existen ciertos protocolos pediátricos que recomiendan cómo introducir los productos lácteos, las verduras y las carnes en la alimentación de un bebé, es totalmente factible concebir una sana dieta de las pantallas con el fin de aprender a utilizarlas en beneficio de la salud mental tanto del niño como del adulto. Para intentar conseguir un cierto equilibrio mental en la familia, mis experiencias como docente y padre me dicen que no debemos caer en dos tentaciones omnipresentes cada vez que se habla de (r)evolución digital y educación: idealizar o diabolizar las pantallas. Esperar milagros de las pantallas creyendo que van a solucionar todos los problemas de aprendizaje porque son esencialmente «lúdicas» resulta tan estéril en educación como querer pasar de ellas e ir formateando, desde la más tierna infancia, pequeños amish en la era digital de la información y la comunicación. Las pantallas son tan sólo herramientas. No hay que pedirles más de lo que nos pueden dar, pero, eso sí, como docentes, deberíamos enseñar a nuestro alumnado a aprender a solicitar de ellas todo lo bueno que les pueden aportar en sus aprendizajes. Y para ello, nada mejor que introducir las pantallas para cada niño en el mejor momento y en el lugar más adecuado.

Entrevista radiofónica en el programa Peneirando a Educación de RadioCo CUAC FM

En el III Foro de Educación, estuvimos charlando una buena media hora con Marcial Rey y Fernando Sueiro Barreiro, las personas responsables de Peneirando a Educación, un espacio de información y socio-crítica sobre lo que vive la infancia y la adolescencia en la sociedad del siglo XXI. De la grabación de esos casi 30 minutos, Marcial y Fernando seleccionaron los minutos que podéis escuchar en esta emisión a partir del minuto 12 del programa.

Yuste Frías: “No se debe idealizar o diabolizar las pantallas”

El profesor de la Universidade de Vigo Yuste Frías explicará el uso de estas herramientas por edades en el taller que impartirá en el foro

Entrevista realizada por Selina Otero, Vigo 08.09.2019 | 03:43 FARO DE VIGO

“Es cierto que las pantallas son utilizadas, cada vez más, para alimentar la mente de los/as niños/as como siempre lo fueron (y, afortunadamente, lo siguen siendo) los libros. Pero, de la misma forma que el estómago de un bebé no puede digerirlo todo como un adulto, el cerebro de un niño tampoco puede. Y así como existen ciertos protocolos pediátricos que recomiendan cómo introducir los productos lácteos, verduras y las carnes en la alimentación de un bebé, es totalmente factible concebir una sana dieta de las pantallas con el fin de aprender a utilizarlas en beneficio de la salud mental tanto del niño como del adulto”, expresa José Yuste Frías, profesor titular de la Universidade de Vigo (IP del Grupo de investigación T&P), que impartirá un taller en el III Foro de Educación de FARO DE VIGO.

“Para intentar conseguir un cierto equilibrio mental en la familia, mis experiencias como docente y padre me dicen que no debemos caer en dos tentaciones omnipresentes cada vez que se habla de (r)evolución digital y educación: idealizar o diabolizar las pantallas”, expresa el profesor. Añade que esperar milagros de las pantallas “creyendo que van a solucionar todos los problemas de aprendizaje porque son esencialmente ‘lúdicas’ resulta tan estéril en educación como querer pasar de ellas e ir formateando, desde la más tierna infancia, pequeños amish en la era digital de la información y la comunicación”.

“Las pantallas son tan sólo herramientas. No hay que pedirles más de lo que nos pueden dar pero, eso sí, como docentes, deberíamos enseñar a nuestro alumnado a aprender a solicitar de ellas todo lo bueno que les pueden aportar en sus aprendizajes. Y para ello, nada mejor que introducir las pantallas en el mejor momento y en el lugar más adecuado”, describe Yuste en una reflexión sobre el enfoque de su taller en el foro.

Yuste Frías imparte cursos de doctorado del Programa Doctoral Internacional en Traducción & Paratraducción (T&P) y las materias de Traducción publicitaria dentro del Máster en Traducción para la Comunicación Internacional (MTCI) y de Traducción de Videojuegos en el marco del Título Propio de Especialista en Traducción para la Industria del Videojuego (ETIV) de la Universidade de Vigo. Asegura que cada vez que sale el tema de las pantallas surgen opiniones distintas. Por un lado, los que están en contra de las mismas, los tecnófobos y, por otro lado, los que están a favor: los tecnólatras. En la exposición que realizará en el taller, Yuste hablará del uso de las pantallas por rangos de edad. “Las balizas (que no la regla) ‘3-6-9-12’ son una idea imaginada por un psiquiatra, psicólogo y psicoanalista francés, Serge Tisseron, que en 2007 lanzó una petición en Francia para prohibir las cadenas de televisión destinadas a niños de menos de 3 años. En el taller que impartiré el próximo sábado 21 de septiembre comentaré las balizas ‘3-6-9-12’ de Serge Tisseron y cómo pueden ayudarnos a los/as docentes a saber discernir las ventajas y los inconvenientes e la cultura digital frente a la cultura del libro”, añade Yuste.

Entre ‘tecnófilos’ y ‘tecnólatras’ de las pantallas en el aula

El profesor de la UVigo José Yuste Frías alude a que “la lectura es la base del saber, pero con los textos digitales ‘metaleemos’, vamos a saltos”

 Artículo de Elena Ocampo, Vigo 22.09.2019 | 03:51 FARO DE VIGO

¿Qué veis en esta imagen? Una fotografía sin datar llamó la atención de los asistentes al taller del profesor titular de la Universidade de Vigo, IP del Grupo de investigación T&P, José Yuste Frías. Un aula totalmente ‘analógica’, con fracciones pintadas a tiza en una gran pizarra frontal, cortinas, cuadros y muebles de madera, niños en pupitres con lápiz y cuartillas y, sobre todo, sin rastro alguno de tecnología hizo situar a los presentes en el tiempo “de EGB”, según indicó un docente sentado en las primeras filas. La sorpresa sería mayúscula cuando Yuste Frías situó la instantánea en nuestros días. Más concretamente en Palo Alto, en el corazón de Silicon Valley, el epicentro de la economía digital. Pues sí. En el Waldorf of Peninsula, como se llama el colegio privado de la imagen, donde se educan los hijos de directivos del “GAFA”, como denominó el profesor a los gigantes Google, Apple, Facebook y Amazon, no entra una pantalla hasta que llegan a secundaria. Es decir, en el hábitat de quienes piensan, producen y venden la tecnología que transforma la sociedad del siglo XXI no se usan medios digitales para formar a sus hijos. Mientras, escuelas de medio mundo se esfuerzan por introducir ordenadores, tabletas y otros prodigios tecnológicos.

Con esta aparente contradicción arrancó su taller titulado “Pantallas y (r)evolución digital: la imagen ya no es lo que era” en el III Foro de Educación de FARO DE VIGO.

Aunque el experto acabó hablando del uso de los dispositivos por rangos de edad, avanzó que “no se debe idealizar o diabolizar las pantallas”. Esperar milagros de las pantallas “creyendo que van a solucionar todos los problemas de aprendizaje porque son esencialmente ‘lúdicas’ resulta tan estéril en educación como querer pasar de ellas e ir formateando, desde la más tierna infancia, pequeños ‘amish’ en la era digital de la información y la comunicación”, reflexionó. “Las pantallas son tan sólo herramientas”, zanjó

Yuste Frías imparte cursos de doctorado del Programa Doctoral Internacional en Traducción & Paratraducción -y Traducción publicitaria dentro del Máster en Traducción para la Comunicación Internacional (MTCI) y Traducción de Videojuegos de la UVigo. Por eso, asegura que existe una “lógica binaria” entre detractores de las pantallas y los partidarios. Por un lado estarían quienes se posicionan en contra de las mismas, los tecnófobos y, por otro, los que están a favor: los tecnólatras. Para ayudar a los/as docentes a saber discernir las ventajas y los inconvenientes e la cultura digital frente a la cultura del libro”, Yuste contrapuso sus características. Eso sí, “la lectura es el acceso al saber”, indicó, “pero cuando leemos en una pantalla una web, realmente estamos ‘metaleyendo’, es una lectura a saltos… y al final, perdimos el hilo”, destacó ante el miedo de que los nativos digitales lleguen a la Universidad sin haber adquirido bien la competencia y comprensión lectora. “Hay que leer como rumia una vaca, de arriba a abajo, pero cuando leemos contenidos digitales, leemos como una ardilla comiendo frutos”.

“El estómago de un bebé no puede digerirlo todo como un adulto y el cerebro de un niño tampoco. Y si existen ciertos protocolos pediátricos que recomiendan cómo introducir la alimentación de un bebé, es totalmente factible concebir una sana dieta de las pantallas para aprender a utilizarlas en beneficio de la salud mental del niño”, expresó José Yuste Frías.

Si pinchas aquí o en cualquiera de estas dos imágenes, accederás al vídeo que recoge algunos momentos de la actuación de los ponentes que participamos en el III FORO DE EDUCACIÓN

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