Stayin’ Alive para-traducir el ritmo que salva vidas

Stayin’ Alive para-traducir el ritmo que salva vidas

Vivimos tiempos de infarto. El ritmo acelerado de nuestras vidas en crisis, donde no hay día sin mala noticia económica que no intente hundirte la moral desde el desayuno, nos puede pasar factura. Lo malo es que ante una parada cardiorespiratoria, por ejemplo, no todo el mundo en España sabemos qué hacer y, sobre todo, cómo comportarnos para salvar la vida de quien tenemos delante a punto de morir. Una vez más, la traducción está y estará siempre partout et pour tout. En este caso concreto, la traducción médico-sanitaria al español de los consejos redactados en inglés y recomendados por las asociaciones médicas internacionales del corazón para realizar correctamente una RCP, puede llegar a salvar vidas. Eso sí, siempre y cuando toda traducción vaya acompañada de su correspondiente paratraducción.

La American Heart Association («Asociación Americana del Corazón»), cuyas siglas (AHA) están a un guión (a-ha) del nombre del famoso grupo del éxito Take on Me, recomienda que el ritmo de las comprensiones torácicas de una Cardiopulmonary Resuscitation (CPR) –lo que en español se denomina como «reanimación cardiopulmonar» (RCP)– sean de 100 por minuto. Con el fin de no perder nunca el ritmo en las compresiones, la AHA ha incorporado al protocolo uno de los mayores éxitos de música disco de los años setenta: Stayin’ Alive. El ritmo de esta canción de los Bee Gees, 103 Beats per minute (BPM), coincide casi perfectamente con el ritmo del masaje cardiaco que debe practicarse. Al parecer, en un pequeño estudio dirigido por el doctor David Matlock, de la University of Illinois College of Medicine at Peoria, escuchar Stayin’ Alive ayudó a quince médicos y estudiantes de medicina a realizar las compresiones con maniquíes a la velocidad adecuada. Cinco semanas después de practicar con la música, se pidió a los expertos que realizaran, de nuevo, la RCP con los maniquíes, pero esta vez sin música y procurando mantener la canción en la mente. El resultado fue que también aplicaron las compresiones torácicas a un ritmo correcto: dos veces por segundo. Ni corta ni perezosa, la AHA elaboró una campaña publicitaria incluyendo el tema musical de Stayin’ Alive para divulgar cómo dos simples gestos fundamentales pueden salvar vidas… si se conoce la canción y se tiene el sentido del ritmo, claro… vamos, si se es un buen traductor 😉

Muchos habrán reconocido al protagonista de este vídeo viral de promoción institucional que se ha realizado con la mejor de las intenciones. Se trata del actor Ken Jeong, el chino psicópata de las películas The Hangover y The Hangover 2. Títulos de películas que, tal y como nos recordó Nieves Gamonal en el artículo de su blog titulado El peligro de traducir para vender, fueron traducidos en Francia y Bélgica por otros en inglés, sí en inglés, Very Bad Trip y Very Bad Trip 2; mientras que en España, y seguro que por culpa de ese personaje de «El Corbatas» tan magistralmente bautizado por Nieves, se optó por unos títulos tan fuera de órbita como: Resacón en las Vegas y Resacón 2. ¡Ahora en Tailandia!. Tales títulos son los frutos de una cultura paratraductora practicada en el mercado de la traducción por intrusos buitres que sólo quieren hacer caja en la taquilla, importándoles muy poco la calidad en la transferencia lingüística y cultural de los productos cinematográficos. Explotando al máximo la ilimitades prácticas de la paratextualidad, se ha contratado al actor Ken Jeong para que el slogan de la campaña de la AHA, «Disco can save lives (“la música disco puede salvar vidas”)», consiga el máximo impacto entre el público que ya se hubiera enganchado a las actuaciones del actor en la pequeña y en la gran pantalla. Vestido con el mismo traje blanco que llevaba el actor John Travolta en Saturday Night Fever («Fiebre del sábado noche»), Ken Jeong se arranca en este vídeo con una breve coreografía que muy bien podría haberla llevado a cabo en España hace unos años el propio Rodolfo Chikilicuatre. Entiendo que en un posible encargo de traducción y localización al español de esta campaña de la AHA se puedan cambiar muchos elementos paratextuales para introducir, presentar, acompañar, rodear, envolver y prolongar el objetivo primordial de todo el texto que se oye en pantalla: aprender a dar correctamente el masaje cardíaco. Pero, en este caso, lo que está claro es que una de las claves del éxito del montaje audiovisual traducido debería basarse siempre en la perfecta sincronización del peritexto sonoro compuesto por el tema musical Stayin’Alive de los Bee Gees. Pues bien, en la versión en español elaborada por la propia AHA, se escucha una voz de doblaje con acento latinoamericano indicar desde un penetrante fondo rojo permanente cómo debe hacerse la RCP (CPR en inglés) con el «talón» de una mano al ritmo de la famosa canción cuyo peritexto sonoro se para-traduce, sin ningún pudor, con el sonido de un simple metrónomo. Sí, han leído bien, un metrónomo: vean y escuchen.

Pero los fallos en la paratraducción de esta campaña audiovisual no se quedan ahí. Otra producción audiovisual en español, también realizada por la AHA, parte de un texto final que fue redactado en español por una persona cuyo nombre figura al final del vídeo. Pero, lamentablemente, no se contrató a ningún actor de doblaje para grabar el audio compuesto por dicho texto sino que se recurrió a un programa informático de reconocimiento vocal que produjo una lectura sin ritmo y, por momentos, ininteligible. Nadie puede negar que el análisis digital de la voz tiene muchas aplicaciones útiles para nuestras vidas digitalizadas (y, sobre todo, para el futuro del ejercicio profesional de la traducción con las mejoras que seguro llegarán en reconocimiento vocal): desde el dictado de un texto al ordenador; pasando por el control biométrico de un acceso a través del reconocimiento vocal de la persona (¿quién no recuerda la famosa frase de «mi voz es mi pasaporte, verifícame» de la película Los fisgones (Sneakers)?); hasta la voz aséptico-metálica e inhumana de atención de los call centers. Pero no me cansaré nunca de repetir que por mucha evolución tecnológica que pueda haber en las industrias de la lengua, las máquinas jamás podrán reemplazar a las personas que traducimos para la pantalla. Por mucho que a la mayoría del personal le satisfaga, por ejemplo, el 80 % de acierto en la subtitulación automática de un vídeo de YouTube, hay casos como el de vida o muerte que nos ocupa hoy, donde el mínimo fallo en la paratraducción supone el fracaso de la traducción. Comprueben, si no, cómo en este vídeo realizado por la propia AHA, la máquina se monta un pequeño lío, ella solita, cuando debe «leer-traducir» el cambio de orden de los peritextos de las palabras inglesas Airway, Breathing, Compressions que desfilan en pantalla. Por otra parte, fíjense también cómo, ante la incapacidad de «pronunciar» el título en inglés de la canción de los Bee Gees, se opta por silenciar la voz y limitarse a subir el volumen de la banda sonora Stayin’ Alive.

Para obtener la mejor localización posible de cualquier producto audiovisual traducido, la paratraducción del mismo resulta esencial. La British Heart Foundation (BHA [«Fundación Británica del Corazón»]) lo sabe muy bien y, por eso precisamente, manteniendo siempre el mismo peritexto de la banda sonora del tema Stayin’ Alive de los Bee Gees, ha presentado su particular adaptación de la divulgación científica de los dos gestos que pueden salvar vidas. Con un eslógan mucho más impactante, No Kissing Just Hard CPR («Sin beso, simplemente una buena reanimación cardiopulmonar»), han contratado al ex-fubolista y actor Vinnie Jones. Famoso en Gran Bretaña por su comportamiento «algo violento» en el terreno de juego y en la película Ликвидатор («Eliminator»), Vinnie Jones aparece caracterizado de mafioso elegante en este video viral realizado para-traducir en pantalla el ritmo que salva vidas. Cabe preguntarse si para conseguir épater la galerie también sería necesario recrear en España el mismo imaginario de violencia mafiosa presente en esta publicidad inglesa de la BHA o acaso habría que ir pensando en otros imaginarios mucho más apropiados.

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