01 Ene 2016 Por una comunicación transcultural en los servicios públicos de traducción e interpretación
Ficha bibliográfica de la publicación
Yuste Frías, José (2016) «Por una comunicación transcultural en los servicios públicos de traducción e interpretación» en Óscar Ferreiro Vázquez [ed.] Traducir e interpretar lo público, Granada: Comares, ISBN: 978-84-9045-350-6, pp. 105-119.
En el Grupo T&P enseñamos a traducir para reunir lenguas y culturas diferentes, procurando mantener intactas e íntegras las respectivas pertenencias de sus identidades propias a la hora de gestionar la diversidad. La traducción y la interpretación son siempre confrontación, diálogo con el otro y no su asimilación, su integración o su rechazo. Traducir e interpretar lo público no es acoger al extranjero quitándole toda marca de alteridad presente en cada una de las pertenencias que definen su identidad. En todo proceso de mediación entre culturas que se precie, siempre implícito en cualquier encargo de Traducción e Interpretación en Medio Social (TIMS), no se trata de asimilar, integrar o rechazar la cultura del sujeto migrante alófono sino de traducir e interpretar esa misma cultura, y no otra, entre dos o más identidades. Desde altas instancias institucionales, políticas y sociales, muchos son los que todavía hoy piensan que traducir e interpretar es acoger al extranjero quitándole toda posible marca de extranjería. Al contrario, traducir e interpretar al otro es poder escuchar en nuestra propia lengua la lengua del otro y dejar entrar en ella todo lo extranjero porque el libre acceso global permite un mayor enriquecimiento de la identidad del sujeto al aumentar considerablemente sus posibilidades de expresión.
El lugar que ocupa en un país el profesional de la Traducción e Interpretación en Medio Social (TIMS) depende del tipo de acogida pública que se ofrece al migrante alófono en los servicios públicos. Es importante recordar que no basta con traducir e interpretar la lengua del migrante, por un lado, y la del proveedor de servicios, por otro. El servicio público nunca puede ignorar que toda lengua vehicula siempre una «identidad cultural». Los problemas de comunicación en los servicios públicos surgen, precisamente, cuando se ignora la cultura de uno u otro, cuando el etnocentrismo y el rechazo o el miedo a lo diferente proyecta, sobre el uno y el otro, representaciones estereotipadas tan ilegítimas como falsas que alimentan los discursos identitarios más extremistas y xenófobos. Tampoco se trata de que el servicio público anteponga los elementos culturales del uno o el otro a cualquier otro aspecto en los procesos de comunicación, ya que lo cultural, cuando no se traduce ni interpreta debida y correctamente, puede llegar a funcionar como una barrera infranqueable a la hora de tomar la palabra. El servicio público de un Estado debe ser consciente de que el encuentro entre culturas en el espacio público es tan inevitable como necesario hoy más que nunca, ya que la mundialización, acelerada por las nuevas tecnologías, ha provocado que aumenten exponencialmente tanto los intercambios comerciales y culturales como las nuevas oleadas migratorias. Desgraciadamente los gobiernos olvidan que jamás puede haber encuentro entre culturas si los servicios públicos no cuentan, en los procesos de mediación social, con traductores e intérpretes profesionales
«Intercultural», «multicultural» y «transcultural», son tres palabras que, además de ser usadas constantemente en la mayoría de los discursos políticos sobre lo social, han entrado a formar parte de la terminología más básica de una larga lista de disciplinas de ciencias humanas y sociales así como en las prácticas profesionales de las mismas: ciencias de la educación, ciencias de la comunicación, psicología, filosofía, sociología, lingüística, traducción e interpretación, etc. Y así es como, a lo largo de las últimas décadas, las palabras «intercultural», «multicultural» y «transcultural» se han convertido en términos usados, por activa y por pasiva, en el área científica de traducción e interpretación para calificar los actos (profesionales o no) de traducción e interpretación llevados a cabo con el fin primordial de intentar resolver los problemas sociales y políticos definidos como propios a todo contacto entre personas y grupos de «culturas diferentes». En esta publicación se realiza un análisis crítico sobre cómo, a pesar de estar formadas a partir de la misma raíz («cultura»), usar una u otra de esas tres palabras supone adoptar perspectivas, concepciones y prácticas de la traducción y la interpretación de la identidad que resultan ser no sólo no similares, sino también, y sobre todo, incomparables y hasta incompatibles. En efecto, según sea el prefijo (inter-, multi- o trans-) que se coloque a la raíz «cultura» nos encontraremos con tres maneras diferentes de concebir la relación y el encuentro con el otro, el migrante alófono, y, por consiguiente, con tres modos de traducir e interpretar la identidad en los servicios públicos. Conviene hacer la diferencia para no sucumbir a la manipulación ideológica presente a la hora de gestionar la diversidad cultural.
Presentación del capítulo por el editor del libro
La octava contribución está firmada por José Yuste Frías cuyo objetivo primordial parte del cuestionamiento de las nociones «intercultural» y «multicultural» en su esencialismo al desmontar y poner en duda la idea de que toda «identidad cultural» deba encontrar su origen en una especie de esencia preexistente.
Cuando las dos nociones mencionadas son usadas sin cesar a la hora de gestionar la diversidad cultural, las consecuencias discursivas de la implícita confusión entre «identidad», por un lado, y «pertenencia», por otro, provocan no sólo el mayor de los fracasos en las políticas de migración llevadas a cabo en Europa, sino también, y sobre todo, una falta de ética profesional en el ejercicio cotidiano de los servicios públicos de traducción e interpretación. Con demasiada frecuencia, tanto la «interculturalidad» como la «multiculturalidad» terminan por territorializar cualquier producción verbal o no verbal de la «identidad cultural» al reducirlas a un muy determinado territorio, delimitado por fronteras; con lo cual, traducir e interpretar al sujeto migrante alófono que solicita beneficiarse de los servicios públicos, solo sirve al fin político de determinar qué lugar debe ocupar en el espacio público del país que lo acoge.
El autor propugna una comunicación transcultural en la Traducción e Interpretación en Medio Social (TIMS) que permita pensar la mediación entre culturas bajo el paradigma de la traducción, donde la identidad es concebida por parte del traductor-intérprete como un devenir mestizo en permanente construcción. «Traducir e interpretar en los servicios públicos no es o el uno o el otro, sino el uno y el otro a la vez: el uno no llegando a convertirse en el otro, ni el otro asimilándose al uno», son proposiciones del autor que define la traducción y la interpretación como mestizaje de culturas.
Destaca la originalidad de las imágenes culinarias propuestas por José Yuste Frías para describir las implicaciones ideológicas, políticas y sociales que fundamentan las prácticas de traducción e interpretación en los servicios públicos en función de la perspectiva cultural adoptada según sea el afijo elegido para añadir por delante a todas las posibles palabras derivadas del término «cultura».
En efecto, según sea la elección de uno de los tres prefijos («inter-», «multi-» o «trans-»), traducir e interpretar las múltiples pertenencias de la identidad del migrante alófono —el otro— puede llegar a consistir en tres formas diferentes de alimentar el espíritu del proveedor de servicios públicos —el uno—: comerse, rápida e inconscientemente, una monocromática e insípida «crema de verduras» (interculturalidad), servirse de todo, sin orden ni concierto y hasta saciarse, en un «bufé libre» (multiculturalidad) o saber disfrutar, tranquila y serenamente, de una buena «paella» (transculturalidad).
Ferreiro Vázquez, Óscar (2016) «Visiones para traducir lo público en traducción e interpretación», en Óscar Ferreiro Vázquez [ed.] Traducir e interpretar lo público, Granada: Comares, p. 7.
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