07 Ene 2011 Tiempo para traducir la imagen
Yuste Frías, José (2011) «Tiempo para traducir la imagen» en Losada Goya, J.M. et al [eds.] Tiempo: texto e imagen. Temps: texte et image, Madrid: Universidad Complutense de Madrid, Área de Humanidades, [CD-ROM], ISBN: 978-84-96701-37-3, pp. 975-992.
En 2002 la línea editorial del grupo de jugueterías educativas Imaginarium me contactó para solicitarme el servicio urgente de la traducción al español de dos libros infantiles escritos en francés: dans ma maison il y a… de Valérie Gerspacher y dans ma forêt il y a… de Anne-Laure Witschger. Me explicaron que todas las traducciones a las lenguas oficiales del estado español ya habían sido encargadas y realizadas, pero a la hora de la revisión de las galeradas no quedaron satisfechos con el resultado final de determinadas versiones, entre ellas la traducción al español. Tal y como suele ocurrir en el mercado real de la traducción profesional, el nuevo encargo corría mucha prisa y de la noche a la mañana me propusieron realizar la traducción al español de los libros franceses susodichos para el día siguiente porque todo estaba ya en prensa. Acepté encantado y me enviaron los textos que había que traducir: 13 páginas no numeradas de unos textos que no superaba las dos líneas por página.
Ante encargos de traducción de libros infantiles cuyo inicio acabo de describir, un neófito podría pensar que traducir un libro infantil es muy fácil ya que la cantidad de palabras es paupérrima por no decir prácticamente inexistente en cada página. Imaginarium había ya comprobado todo lo contrario, es decir, que traducir para niños no debía de ser nada fácil. Como en cualquier otro proceso de todo encargo de traducción que se precie, pedí a Imaginarium acceso a la producción paratextual de los textos que tenía que traducir. Me enviaron fotocopias en blanco y negro de todas las imágenes que rodeaban, envolvían, acompañaban, prolongaban, introducían y presentaban las susodichas escasas líneas de texto. Me encontré con unos peritextos icónicos que, en la edición final de la traducción, iban a seguir ocupando el 99% de cada una de las 13 páginas. Cuando me atreví a solicitar más tiempo para traducir la imagen de cada página, Imaginarium se sorprendió pero aceptó al explicarles lo mejor que pude que, sin tiempo para traducir la imagen, la traducción de las dos líneas de texto de cada página era imposible.
El gran desafío del traductor viene dado por la dificultad que supone traducir la pareja texto_imagen cuando construye el imaginario, en este caso, de un libro infantil. Con la palabra «imaginario» hago referencia al conjunto de producciones, mentales o materializadas en obras editadas, construido a base de imágenes de naturaleza verbal en el texto (imágenes mentales implícitas en todo signo lingüístico con valor metafórico) e imágenes de naturaleza no verbal en el paratexto (imágenes visuales tales como dibujos, ilustraciones, fotografías) que llegan a construir estructuras coherentes y dinámicas, proveedoras siempre de un sentido simbólico a leer, interpretar y (para)traducir por el sujeto que (para)traduce. Para traducir el imaginario de cualquier libro, el traductor debe traducir no sólo las ideas y pensamientos del aspecto verbal del libro sino también, y sobre todo, paratraducir las emociones y sentimientos transmitidos por los valores simbólicos del aspecto visual del libro: desde la propia textura de cada forma material del libro hasta cada una de las imágenes y colores impresos, pasando incluso por los propios sonidos y olores incorporados en el libro cuando va dirigido a un niño menor de 3 años.
Apartados de la publicación
- El encargo de traducción de Imaginarium
- Paratraducción: la noción clave de la Escuela de Vigo
- Paratraducir la imagen
- Paratraducir la imagen de la letra
- Conclusiones
- Bibliografía
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